La expresión "atente a las consecuencias" significa asumir el resultado de una acción o hecho, especialmente cuando se es consciente de que no se debía hacer. Es una advertencia que se utiliza para indicar que alguien debe aceptar las repercusiones de sus decisiones o comportamientos. Las personas que han aprendido a desarrollar una forma de vida agradable son aquellas que entienden que cada acción genera una reacción o Consecuencia.
Las
consecuencias de nuestros malos actos se denominan castigo, el castigo es una
forma de correctivo que tenemos que asumir.
Que
malos actos condena Jesucristo.
1. Falta de hermandad. Amos 1: 9 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no
revocaré su castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no
se acordaron del pacto de hermanos.” Ser hermanos es mucho más que solo
haber nacido de unos mismos padres, la verdadera hermandad tiene que ver con
cuidado, protección, amor.
2. Falta de Perdón. V 11 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no
revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo
afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha
guardado el rencor.”
La falta de perdón hace que entre hermanos nos veamos como enemigos y que la
ira se convierta en rencor eterno. Efesios 4: 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre
vuestro enojo,”
3. Falta de lealtad. V 13 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de los hijos de Amón, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque para ensanchar sus tierras abrieron a
las mujeres de Galaad que estaban encintas.” Una persona desleal pierde todo principio, se vuelve ambicioso en
extremo de tal manera que es capaz de traicionar a un a su familia, con tal de
conseguir lo que le interesa.
En el mundo secular se cree en la ley de la compensación, es decir cada
quien recibe de lo que da.
Jesucristo en su palabra le llama la ley de la siembra y la cosecha, lo
que sembramos es lo que cosechamos de manera inmediata o con el transcurrir de
los años. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
La consecuencia la vivimos nosotros mismos o se repercute en las
personas que están a nuestro lado.
Antes de hacer algo desagradable
delante de Dios, de nuestra familia o de cualquier otra persona deberíamos decirnos
a nosotros mismos: atente a las consecuencias.
