Todos de alguna manera hemos tomado decisiones equivocadas que han ocasionado resultados desagradables y de alguna manera nos molesta tener que ser afectados por las consecuencias. Acepta la responsabilidad: El primer paso para aprender a vivir con las consecuencias de nuestras acciones es aceptar la responsabilidad por nuestros actos.
Reconoce que las decisiones que tomamos son
nuestra responsabilidad y que debemos hacernos cargo de las consecuencias que
surgen a raíz de ellas. Evita culpar a los demás o buscar excusas, y enfócate
en aprender de tus errores.
Reflexiona sobre tus acciones: Tómate el tiempo
para reflexionar sobre las decisiones que has tomado y cómo han afectado tu
vida y la de los demás. Pregúntate qué podrías haber hecho de manera diferente
y qué lecciones puedes aprender de esta experiencia. La reflexión te ayudará a
obtener una mayor comprensión de tus acciones y a tomar decisiones más
informadas en el futuro.
Debemos entender que nadie es culpable de lo que nos pasa, para Jehová cada quien es responsable de sus acciones. V 4 “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.”
Jehová ya lo había dicho mucho tiempo atrás, pero el
pueblo prefería ignorarlo. Ya que de esta forma vivía acomodado. Deuteronomio
24: 16 “Los padres no morirán por los hijos, ni
los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.”
Cuando en una empresa galardonan a todos los empleados por igual, cumplidos e incumplidos pronto todos terminan siendo incumplidos.
En lo espiritual cada quien responde ante Dios por sus actos. Romanos 14: 12 “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” nadie puede luchar por la salvación de otro, ni tampoco puede interferir en la salvación de los demás.
Los seres humanos trabajamos bajo un patrón de excusas
y hacer que otros respondan por nuestros actos.
Los estudiantes siempre aseguran que el profesor es el culpable de su bajo rendimiento, el empleado cree que lo despidieron de manera injusta. Adán y Eva fueron los primeros que marcaron este patrón. Génesis 3: 12- 13 “Y el hombre respondió: La mujer que me disté por compañera me, dio del árbol, y yo comí. 3:13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”
Aprende a perdonarte a ti mismo: Es normal sentirse
culpable y arrepentido cuando nos enfrentamos a las consecuencias negativas de
nuestras acciones. Sin embargo, es importante aprender a perdonarte a ti mismo
y no quedarte atrapado en sentimientos de culpa y vergüenza. Reconoce que todos
cometemos errores y que lo importante es aprender de ellos y seguir adelante.
